Osvaldo Sauma


De este escritor costarricense nacido en 1949, hijo de Dionisos, publicamos uno de sus lúdicos y hermosos poemas, escrito durante la agonía del anterior milenio, que podría llevar por epígrafe el verso de Omar Khayyám:
Voy por el camino con mi botella y mi sombra
Afortunadamente mi sombra no bebe.


FIN DE MILENIO

(primer trago)

estoy tan solo
que ni la policía me busca
y este aguardiente de Caldas
no hace efecto
en medio de tanta tristeza

sin amores
sin cucarachas
que me recuerden
la suerte del planeta

los hijos lejos
en sus cosas
y yo tan a solas
comprendiendo a los suicidas
aunque sea incapaz de jalar el gatillo


(segundo trago)

tenían razón:
Dios hizo al hombre
con dos tragos de menos
ahora la soledad
es un crisol de sueños
vuelven las mujeres
que conocimos
a sembrar sus flores de polvo

dos tragos
y el mundo cambia su rostro
dejan de importar las nimiedades

coquetea uno con la muerte


(tercer trago)

tomar la senda del aquietamiento
me aconseja el I-Ching
y este corazón
ya quiere volarse de su jaula
no tolera al asceta
que me impone este refugio

quiere salir
tomar las calles
gastarse en amores fugaces

correría cualquier riesgo
sabe que el verdadero guerrero
ya está muerto


(cuarto trago)

no sé por qué
me mortifica este número
quizá sea porque soy
el tercer hermano
de una familia de cuatro
o porque esa fue la nota
que más repetí en el colegio
o porque desconozco
su significado cabalístico
o porque me gustan más
los números impares que los pares

yo qué sé
algún terapeuta sabrá
dar razón de estos teoremas


(quinto trago)

renace la luna de Li-Po
se aplaca el ansia de ser
otro asume mi pellejo
desaloja las culpas
los rencores
hace acopio del timón
la nave se balancea
como un ebrio
de un lado hacia el otro