Cartas de los Lectores No. 286 - Julio 15 de 2013

LA GRAN COLOMBIANA. Estoy enojado por la manipulación de cerebros o de votos que se desató para nombrar al ex presidente Uribe como el Gran Colombiano de todos los tiempos. Para mí la Gran Colombiana era y seguirá siendo nuestra indiscutible estrella de aventuras amatorias Esperanza Gómez; figura de la verbalización quien nos llevó por fin al mundo desarrollado de la pornografía. ¡Ninguna como ella! Pedro Iriarte.
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PINEDA BOTERO.Los felicito por la entrevista de Nelly Rocío Amaya a Álvaro Pineda Botero, a propósito de su novela El memorial de la Inquisición.Desafortunadamente tuvo tanto éxito esa publicación, que ya no se consigue en ninguna parte, por lo menos en Medellín. La he buscado infructuosamente. Juan Diego Gómez Botero, estudiante de literatura.
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DE ESPALDAS AL PAÍS. Es vergonzoso que el Gobierno Nacional y sus desafortunados asesores, se coloquen de espaldas al país cada que hay una crisis. Me refiero a los campesinos del Catatumbo y todo ese atropello policial, más la indolencia del Estado, que pretende que no habrá diálogo hasta que no suspendan el justo paro que vienen realizando y al que irónicamente los organismos estatales le están dando un tratamiento de guerra. Liliana Jácome Ramírez.
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EDUARDO GÓMEZ.Me impactó la columna del escritor caldense García Aguilar sobre la novela del germanófilo y poeta Eduardo Gómez, titulada La búsqueda insaciable. Gómez es una de las glorias de nuestra poesía y me produce gran interés conocer su expresión narrativa. Francisco Dueñas, Manizales.
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EL ASESINATO DEL SUJETO. Sentido escrito este que, más que estandarización, para mí es la devastación del sujeto, como dice Márquez Cristo. Hay un desgarro que se abre y no sana, entre  lo real de la violencia, el sexo y la muerte y el sujeto sin dimensión simbólica (experiencia del lenguaje y del deseo). La realidad ha sido quemada, hay en su lugar, manchas, ardor. El arte que agenciaba entre lo real y el sujeto ha sido desplazado y allí irrumpe el peligro más claro, el que está no mediando sino entregado a constatar el hecho real, sin elaboración alguna, como real show, como hedonismo, puro goce de ver, pulsión escópica, nada de deseo e imaginación para la mirada. Todo se entrega ya visto, ya consumido, la angustia como mercancía de los negocios e industrias. Estoy de acuerdo con el ensayo, el arte resiste, pero si no se dice como se concibe ese arte, me da la sensación que se cae también en la estandarización, pues todo –para el mundo global o la ciudad global, como ya se anota internacionalmente–, es arte. Los medios de comunicación y las entidades gubernamentales consideran arte todo cuanto se mueve ante sus gafas, no hace la diferencia y, lo peor si se quiere, es que las instituciones culturales y académicas están cayendo en esas gafas con el cuento de la expresión libre, de la performance política, etc... Arte es lo inminente, lo que resiste, lo subversivo y como digo en algún artículo, siguiendo la mirada decolonial, es la re-existencia; es decir, la única manifestación humana que puede volvernos la existencia o, con lo cual podemos volver a existir, aunque sea para morir haciendo memoria de lo andado. Nada más, sólo quería leer contigo, Gonzalo, los días que vienen. Julio César Goyes, poeta y cineasta colombiano.

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