El sino de las palabras, el verbo poner



Por José Chalarca

Las palabras son los elementos fundamentales de las lenguas y desempeñan un papel crucial para la comunicación entre los hombres, y su poder y su eficacia comunicativa obedece a la voluntad y al sentir de quienes las utilizan.
Algunas son lo que son y su contenido y poder significante expresan lo mismo en todos los idiomas; otras tienen significados circunstanciales y su alcance no va más allá de las circunstancias particulares que le dieron origen.
Esa voluntad de dar sentido y significación con miras a facilitar la comunicación apunta no solo a las palabras sino también a las direcciones, las ubicaciones, los sentidos, los colores, los olores, los sabores, en fin casi todo. En política, la derecha es la posición conservadora, apegada a la tradición, al respeto de la ley y de lo establecido; la izquierda es la posición abierta al cambio, que se interesa porque los asociados actúen con libertad y los gobiernos respeten los derechos de sus asociados. Estar arriba es lo apetecible, estar abajo es estar expuesto a que los de arriba lo utilicen como escabel. El verde es el color de la envidia; el rojo lo es de la ira, de la violencia.
Basta ya de preámbulo, mi intención es rescatar una palabra de la lengua española, el verbo “poner”. Este verbo tiene un amplio espectro significativo en español y viene del latín ponere. Este verbo de uso tan frecuente y necesario cayó en desgracia porque a un individuo dándoselas de purista se le ocurrió decir a voz en cuello que solamente ponen las gallinas y desde entonces quienes quieren aparecer como bien hablados y conocedores responsables de su idioma, resolvieron reemplazarlo por el verbo colocar que para desgracia de esos puristas dos de los diccionarios más rigurosos del español, el Diccionario de uso del español de doña María Moliner y el Diccionario del español actual definen colocar; doña María como “Poner una cosa en su sitio con cuidado o con cierto orden” y el de Español actual como “Poner algo o alguien en su debido lugar”, de suerte que los puristas y los que no quieren que se les confunda con las gallinas por más que coloquen siempre están poniendo.
Poner y colocar son casi sinónimos pero de los dos el más universal y corriente es poner. Es más sencillo ponerse el sombrero que colocárselo; no se coloca, se pone atención; no se coloca, se pone la cara para afrontar una situación.
Hay comunidades en las que coloca tiene el significado de empleo, trabajo por lo que no es lo mismo decir que alguien se colocó a trabajar o que se puso a trabajar. En el primer caso significa que alguien que estaba desempleado consiguió un trabajo; en el segundo que asumió la acción de trabajar en un empleo o en una labor que ya tenía o venía ejecutando.
Hay que devolverle su empleo y uso al verbo poner para ganar precisión en la comunicación. Uno no se coloca al tanto de la situación, se pone porque mientras cumple los requisitos que implica el colocar, gasta un tiempo precioso que le puede hacer perder lo que lograría poniéndose al tanto oportunamente.