Adalber Salas Hernández


El poeta venezolano Adalber Salas durante su reciente visita a Colombia

Las siguientes son las palabras de Gonzalo Márquez Cristo al presentar el poemario Extranjero del venezolano Adalber Salas Hernández durante la Feria Internacional del Libro de Bogotá:

Si el príncipe Hamlet revela su aciaga orfandad dialogando con la sombra paterna, en Extranjero, segundo poemario del venezolano Adalber Salas Hernández, asistimos al contrapunto de una voz desterrada para siempre, enfrentada al rumor de una memoria cautiva, abierta por relámpagos, que se propone merced a los hallazgos de lo poético, enseñar a la muerte cómo hablar.
Dos cauces componen esta obra donde el autor se describe como un árbol que se incendia: aguda réplica verbal ante la partida de un ser-raíz y descenso sobre el cauce de una escritura iluminada con resonancias místicas, que conduce a esta pregunta aleteante: “¿A quién rezan estas páginas / sin decírmelo?”
La interrogación fecunda este libro esencial, donde el lector puede contemplar su rostro en la nada que deja a veces la arquitectura quebrantada del poema —que semeja un muro perforado por neblinosas ventanas—, porque el profundo hacedor de este artilugio térreo, sabe que la pregunta es la única arma que le queda a los extranjeros de la realidad, es la brújula angustiosa de quienes avanzan en las tinieblas, desde que vivimos en un lenguaje de palabras agónicas.
“Soy mi hijo, mi padre, mi madre... y yo”, había dicho Antonin Artaud, pero aquí, corresponde a lo paterno inscribir su silenciosa disolución, llevándonos a un territorio lívido colmado de deslumbramientos, para que el enjambre de palabras que persigue al elusivo yo, pueda inscribir con la lucidez desolada del poeta nuestro más alto cuestionamiento existencial: “Cuando intente/ y no pueda/ recoger mi sombra/ ¿qué me quedará?”


Dos Poemas de Salas Hernández

I.
Padre,
de madrugada en madrugada
voy arrastrando tu cadáver,

tu grito sedimentado,
tu hora imposible en todos los relojes,

el signo hostil que me dejaste
y que ahora reclama ser devuelto a la ceniza:

tu cuerpo,
todo mordaza y pasos perdidos,

en el que se filtró la noche
para hacerse irremediable.


II.
¿Quién dejó crecer
esta quietud vegetal bajo tus uñas?

¿quién abrió
una flor de arena en tu garganta?

¿quién te hizo
ese horizonte salvaje en el pecho

donde aún retumba,
sin sueño,
una jauría de palabras desiertas?

Extranjero deAdalber Salas Hernández
Común Presencia Editores, 114 páginas con insertos a color.
Ilustrado con obras de Armando Villegas