Breve Diccionario del Lumpen


Por Juan Carlos Arboleda

Glosario, argot o sub-lenguaje del infra-lumpen, de la sub-cultura carcelaria usada por los delincuentes que ha ido invadiendo el imaginario colectivo colombiano.


A continuación les remito la terminología, el argot, el sub-lenguaje mínimo que se debe aprender a entender y sobre todo a usar en este contexto tan exótico, tan tópico, tan típico, pero sobre todo, tan “trópico”. Así como hay lenguajes, también hay meta-lenguajes (discurso científico, filosófico, poético etc) y sub-lenguajes.
Así mismo, es importante resaltar que la figura del “capo”, Pablo Escobar, se ha insertado en nuestro inconsciente, como bien lo estudió el psicoanalista Carl Gustav Jung, en un arquetipo, esto es, como una imagen inconsciente paradigmática de naturaleza numinosa, que estatuye nuestro “ideal humano” y gobierna nuestra conducta.
Dichos arquetipos son asimilables a héroes o dioses, tales como, Apolo, Atenea, Agamenón, Aquiles, Napoleón o Bolívar, esto es, como el protagonista de la novela Crimen y castigo de Dostoievski, Rodia Romanovich Raskólnikov, que movido por esa fuerza numinosa irresistible de creerse un Napoleón, terminó destajando a una vieja avarienta con una destral.
Claro que en dicho personaje veo ideales y grandeza. Lo nuestro es de una vileza irredimible.
Pero volviendo al asunto, nuestro “ideal de ser” es, llegar a ser, algún día en el mítico tiempo, “in illo témpore” (tiempo eterno del principio de todos los principios), como Pablo Escobar Gaviria.
Pablo Escobar destituyó para siempre a Simón Bolívar. La prueba es la poca imaginación de nuestros libretistas a la hora de producir seriados y películas: son una cacofonía aburridora de capos” y más capos.
Así mismo, dentro de éste tenebroso arquetipo en el cual aparece con toda claridad Pablo Escobar (el “duro”, el “propio, el “patrón”, el “capo”), hay otro arquetípico (Mito) que gobierna nuestra conducta desde nuestro inconsciente colectivo: éste es el “Mito del Dorado”. En efecto, dicho “Mito” que nació de la “Conquista Española” y que fue como el arquetipo del Capo un hecho histórico, tiene dos significantes claros que lo hacen transparente.
Éstos son; el primero, que vivimos en la “edad de oro”, en el “paraíso terrenal”, en la “tierra de la fuente eterna” llena de riquezas inacabables, infinitas. El segundo y esto es lo más preocupante, que dicha riqueza es para saquear.
Sobre lo anterior y en calidad de “hecho notorio”, creo que no se necesitan pruebas sociológicas, antropológicas o históricas para sustentar semejante afirmación “Mítico-Poética”. Se demuestra por sí misma. De igual manera, explicaría de alguna forma el saqueo indiscriminado y la sub-cultura del robo que se ha instituido en nuestro país por cuenta de la corrupción.
Estos dos “Arquetipos”, el “Mito del Dorado” en general y el “Mito del Capo” en especial, podrían evidenciar señales que indiquen el porqué de tan extravagante comportamiento.
A fenómenos extravagantes, hipótesis extravagantes.
¿Es lo justo, no?
Pero bueno, siguiendo en nuestro asunto, el argot o sub-lenguaje instituido es el siguiente:

ORGANIZAR A LO CERDO: utilizar la violencia para imponer las propias razones. Se ha vuelto igualmente de “uso común” en las administraciones públicas como privadas. En España por cuenta del capitalismo salvaje de corte neo-liberal, están padeciendo dicha reingeniería sin anestesia. A nosotros no la aplicaron en los años noventa con la “belleza” de Cesar Gaviria (ley 50 y ley 100), el cual recibió como premio la Secretaría General de la OEA.

DAR PISO: ojo, no significa “otorgar un bien inmueble”. Tampoco dar un suelo. Muchísimo menos aplicar la ley de restitución de tierras a las víctimas del “conflicto armado”. Literalmente significa “poner en el cementerio a una persona”.

CORONAR: nada que ver con el Rey Juan Carlos de España. Significa, ni más ni menos, poner varios kilos de cocaína en New York o Madrid.

EL DURO: no lo vayan a confundir con el estreñimiento. Es sinónimo del Capo, el “propio”, el “gamonal”, es decir, en su connotación medieval originaria, el terrateniente que grita y manda. ¿Les suena (trina) dicho personaje?

HACERLE LA VUELTA: error señores, error y también horror. Nada que ver con la geometría, ni con Pitágoras. Es sinónimo de “hacerle el viajao”, “darle piso”. Ustedes entienden.

BUSCAR MARRANO: suena muy culinario pero aquí nos la pasamos en eso, es decir, encontrar bobo pa tumbarlo (robarle). Se ha incorporado mucho en el lenguaje financiero. En los contratos de “mutuo” (préstamos bancarios); en la contracarátula suele haber una foto de un marrano, cerditos muy simpáticos. Después te enteraste que “ese” eras “tú”.

ESTAR ENFIERRADO: suena a “minería”, pero significa estar armado. Voy con el “fierro”, darle “fierrazos”, levantarlo a “fierrazos”, en fin…

DARLE SU LEVANTADA: podría ser subir al Éverest, de elevar, subir. Pero les garantizo que eso duele, porque suele ser a batatazo limpio, cuchillo o machete.

MAMAR PAVIMENTO: Es la pesadilla de los españoles y no tiene nada que ver ni con las vacas, ni con la ingeniería. Exacto señores: el paro, el desempleo. Me quedé en el pavimento.

PARCHE, PARCEROS: ni cataplasmas en la piel, ni linderos de finca. Es algo así como la tribu, la pandilla. Pero también en lo que uno está, su ocupación. Abrirse del parche es que tienes que “puyar burro”, huir, salir corriendo; de no ser así te pueden “dar piso”.

PIROBO: son los delincuentes carcelarios ya muy lumpen, despiadados, desalmados, perfectamente despreciables: ¿banqueros?

MARCAR CALAVERA: mala suerte, estar en la "hijoeputa".

 HACER UN TORCIDO: ésta es una frase que aprendí, precisamente, en la facultad de Derecho. Ahí entendí perfectamente que la esencia del Derecho son los “torcidos”. Básicamente significa “hacer un tumbao” o “fraude a la ley”. De hecho y de derecho, cuando todos los graduandos estábamos haciendo juramento ante la constitución, se hizo la promesa tácita de delinquir de acuerdo con nuestras “vocaciones” más esenciales. Por ejemplo, Ramiro propuso dedicarse al perjurio y el fraude procesal; Camilo tuvo más interés en el peculado y el cohecho; Andrés se inclinó mucho por la celebración ilegal de contratos. A Mauricio se le iluminaron los ojos con la falsificación de documentos públicos, a Héctor por la concusión y así indefinidamente.

VOLVERLO MUÑECO: es duro decirlo pero dicho adjetivo es equivalente al de “darle piso”; básicamente matarlo. También tiene la connotación de “hacer un torcido” o fraude a la ley, es decir, los famosos “muñecos” probatorios en donde “empapelan” al “marrano” como “chivo expiatorio”. Por lo general aparece “la prueba reina”, esto es, un computador confiscado en una operación militar a la guerrilla, o bien, un “enigmático testigo”. No en vano, a la “prueba testimonial” la denominan “la prostituta de la prueba”.

DAR PAPAYA: nos imaginamos de facto en una frutería haciendo dieta, pero no, definitivamente no es eso. Es la “falta de atención” (Foucault), nuestra primitiva inocencia y candor en donde es “burlada nuestra buena fe”. En efecto, el Decálogo dado por Dios a Moisés en el Sinaí fue “glosado” por nuestra exótica cultura con dos mandamientos más: No dar papaya y aprovechar la papaya.

SAPO: suena obviamente a “batracio” que por su repugnancia y consistencia babosa es perfecto para denominar a lambones, rastreros, lame-culos. También aplica muchísimo para aquellos que cometen perfidia o se venden al mejor postor. Éste pobre animal, también se ha fijado en nuestro inconsciente colectivo y hace parte de toda una fauna perfectamente exótica, excéntrica y extravagante de nuestra identidad (¿o a la falta de ella?). Hablo por supuesto de los lagartos (sustantivo adjetivado de un famoso club de Bogotá), prototipo cultural del “cachaco” y del político del interior. Son ese tipo de personas que imponen la apariencia y la “voluntad de apariencia” por sobre lo sustancial. A los anteriores se les unen los conejos (yo lo hice y practiqué mucho de joven en cafeterías y panaderías; eso sí, bajaba la harina con el carrerón), las ratas (de jurisdicción especial de la anterior Alcaldía, pero, de jurisdicción general en todo el país. A todo éste paquete zoológico están bajo el denominador común de aviones. No podían faltar los perros. ¿Será que eso tiene que ver con nosotros? En fin Serafín…

Una situación hipotética en donde haya posibilidades de despido a efectos de quedar desempleado o irse al “paro”, sería la siguiente, visualizando en primer plano y haciendo un paneo de cámara del jefe al funcionario al tenor del siguiente texto:

La mirada del funcionario es fría y advertimos un sudor copioso que corre por su frente, mientras le dice al jefe:

—Le advierto “papá”, donde yo llegue a quedar en el “pavimento”, le voy dando es “piso”; lo convierto en “muñeco”. A mí no me vas a coger de “marrano” porque te “organizo a la cerdo”, “pirobo” de mierda. Y ojo porque le hago el “viajao”: ando “enfierrao”.